lunes, 17 de mayo de 2021

Indicadores del rendimiento deportivo.

 Bienestar y rendimiento deportivo | Psicosport

 

 

Indicadores del rendimiento deportivo

1.     Psicológicos

    Los deportes especialmente que comparten el mismo espacio, hay contacto físico, deportes muy traumáticos o los que son de muy larga duración, tienen necesidades psicológicas especiales, sobre todo para tolerar esfuerzos intensos, repetidos y bajo ciertas condiciones determinadas de presión. Los deportistas de Alto Rendimiento Deportivo (ARD) que el factor limitante del rendimiento sea especialmente el físico-fisiológico (VO2max, Umbral Anaeróbico, Fuerza-Resistencia..., así como sucede en el remo olímpico, deportes de combate, ciclismo de ruta, triatlon o marathon) se diferencian en tener unas características psicológicas muy potentes, y esto les hace ganadores (Sosa, 2009).

    Con todo ello, podemos entender que un deportista para que de el máximo rendimiento deportivo necesite controlar a un nivel óptimo los siguientes cualidades psicológicas: control del nivel de activación (ansiedad) (que permita actuar inteligentemente en situaciones competitivas cambiantes), autoconfianza, evitar pensamientos negativos (asumir riesgos físicos y de responsabilidades y no pensar constantemente en los errores anteriores), y focalización de la atención, esto hace que la preparación y entrenamiento de las destrezas psicológicas en los deportistas sea crucial.

 

2.      Técnico-tácticos y biomecánicos

    La técnica se define como la ejecución de movimientos estructurales que obedecen a una serie de patrones tempo-espaciales modelos, que garantizan la eficiencia. La estrategia es el proyecto o programa que se elabora sobre determinada base (condiciones de competición, niveles técnicos y funcionales personales y de los oponentes), para alcanzar el objetivo propuesto (Riera, 1995).

    No obstante, uno de los más importantes objetivos que persigue todo entrenador en deportes de combate, de equipo o de pelota es conseguir un elevado desarrollo del pensamiento táctico, ya que en la mayoría de los casos, no gana el competidor que posea mayor resistencia, fuerza, rapidez o movilidad articular, tampoco quien sea capas de realizar la mejor ejecución técnica desde el punto de vista biomecánico, sino que el deportista que sea capas de percibir las disímiles y variadas situaciones que se presentan durante la competencia, las analice correctamente, y se ejecute el elemento técnico apropiado, valorando su propia condición en relación a la de su entornos, compañero/s o contrario/s (Riera-Riera, 2005).

    En un orden secuencial, puede ser lo habitual que primero el deportista alcanza la eficacia de sus acciones para después ir incrementando progresivamente la eficiencia de las mismas. Un mayor nivel de competencia especialmente en deportes de resistencia corresponde con un aumento de la eficiencia, ya que la correcta administración de los recursos energéticos disponibles es una de las premisas más importantes en el rendimiento deportivo. Este concepto es fundamental para el entrenamiento y nutrición deportiva con el objetivo de aumentar los umbrales aeróbico-anaeróbicos y utilización de la lipólisis como recurso energético prioritario (ver apartado 3, indicadores biológicos-funcionales).

    La consecuencia del entrenamiento y asesoramiento dietético específico, llevan a una mejora psico-fisiológica y técnica del deportista, y todo ello se encaminará una mejora biomecánica y así conseguir: 1) economizar el gasto energético, 2) maximizar la efectividad y funcionalidad de las fuerzas empleadas, 3) evitar tensiones musculares innecesarias, 4) aplicación de las fuerzas en la dirección y 5) momento adecuado y mejora del rendimiento deportivo. Todos ello serán indicadores de la mejora biomecánica deportiva, si las anteriores situaciones las unimos a otros factores antropométricos, condición física (fuerza, flexibilidad, velocidad y resistencia) o de un análisis adecuado del entorno y ejecución técnica (Izquierdo, 2008).

 

3.     Biológico-funcionales y de aptitud física

    Dentro de la preparación física de los deportistas, según el tipo de modalidad deportiva sea de resistencia de larga duración o de fuerza-potencia, de fuerza-resistencia o deportes interválicos normalmente de equipo, las mejoras fisiológicas que vamos a pretender en cada fase de la temporada serán distintos. Según los objetivos de cada fase en cada modalidad, deberíamos conocer ciertos parámetros indicadores de una buena o mala respuesta al entrenamiento y planificación dietético-nutricional. Así por ejemplo, os exponemos un ejemplo de un deporte de larga duración como es el ciclismo de ruta y los efectos beneficiosos (indicadores de un buen rendimiento) que esperamos en cada fase de la temporada:

El deportista de élite se caracteriza por su capacidad de asimilar grandes volúmenes de trabajo y además por su capacidad de recuperación. En cuanto a capacidades y potencias aeróbicas en deportes de resistencia y posibles parámetros que deberíamos tener en cuenta, deberíamos observar mejoras en la eficiencia o potencia en la obtención de energía rutas metabólicas aeróbicas.

 

4.     Bioquímicos, hematológicos y hormonales

    Aunque las analíticas sanguíneas y de orina hasta ahora se han utilizado para la valoración nutricional en diferentes enfermedades o patologías, han sido de gran utilidad para la nutrición clínica. En el contexto deportivo, las analíticas son de gran importancia en deportistas especialmente los que compiten por categorías de peso, que la estética sea un factor limitante y deportes de resistencia de larga duración, colectivo femenino y especialmente cuando se piensa que hay un trastorno de conducta alimentaria (Byrne y McLean, 2001).

    No obstante, es importante recalcar que en la actividad física aguda y crónica se producen ciertos cambios en los parámetros bioquímico-enzimáticos, hematológicos u hormonales, las cuales podríamos utilizarlos para valorar la respuesta individual ante una carga determinada de entrenamiento (Urdampilleta, 2012).

    En este sentido, los parámetros bioquímicos los podríamos utilizar en el contexto deportivo como indicadores de una buena o mala respuesta al entrenamiento, así como para predecir un buen rendimiento físico-biológico. A la vez, estos parámetros podrían ser de gran utilidad para la detección de jóvenes talentos deportivos.

    Respecto a los parámetros hematológicos podremos observar cambios, especialmente en los deportistas de larga duración o cuando se realizan entrenamientos en hipoxia o altitud. Cuando se realiza deporte de larga duración y especialmente en días calurosos, con entrenamiento casi diarios en unos 10-14 días, se produce una expansión sanguínea en la que el aumento del plasma es mayor que el aumento de las células rojas, y esto hace que observemos una disminución aparente del hematocrito (falsa anemia del deportista). No obstante es una adaptación fisiológica buena para la actividad física de resistencia, ya que el deportista tiene más cantidad de sangre en total y en consecuencia más nutrientes u oxigeno que puede aportar a los músculos activos. A la vez, lo ideal sería que el deportista tenga más cantidad de glóbulos rojos y hemoglobina, depósitos de hierro altos y la serie blanca (glóbulos blancos) altos, para que el sistema inmunológico se mantenga en un buen estado de salud (Petibois, 2003).

 

5.     Antropométrico y morfológicos

    La cineantropometría es la ciencia que estudia la interrelación entre la estructura y su función a nivel del tamaño, forma, composición corporal y proporcionalidad. Determinadas variables antropometrías juegan un papel importante en la determinación de si un deportista es compatible con una modalidad deportiva. A modo de ejemplo una altura extrema es esencial en baloncesto, talla baja y extremidades cortas en levantadores de pesas, etc. De igual forma el género es importante, ya que las deportistas de alto rendimiento tienen una distribución ginoide de la grasa corporal, independiente del nivel competitivo y deporte practicado, en cambio en el caso de los hombres es más variable.

    Atendiendo a la composición corporal, debemos dividir al deportista según el modelo de 4 componentes (masa grasa, muscular, ósea y residual, estos tres últimos corresponden a la masa magra), ya que también están relacionados con el éxito deportivo, y se relacionan entre sí. El somatotipo, es otra variable relacionada con la excelencia deportiva, observándose una mesomorfia elevada y baja endomorfia en deportistas de alto rendimiento.


 


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